A veces en mis ratos de soledad,
convoco a la palabra
y la hago danzar a mi voluntad,
pudiendo hacer que sea tan velóz como el pestañeo de un ojo
o tan lenta como un recuerdo desvaneciéndose
puedo hacer que te diviertas
o al contrario hacer que te sumerjas
en la más cruda de las tristezas.
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